VIDEO _ Webinario: 10 abril a las 12 h _ Prácticas artísticas para la transición alimentaria
¿Qué ocurre cuando ponemos a dialogar el arte con la alimentación? ¿Y si lo hacemos desde la agroecología, el derecho a la ciudad y el vínculo con los territorios? Estas fueron algunas de las preguntas que sobrevolaron el webinario “Prácticas artísticas para la transición alimentaria”, celebrado el pasado 10 de abril. El encuentro, impulsado desde el Consejo de Organizaciones Sociales de la Red, reunió a colectivos y personas que trabajan desde lo artístico, lo culinario y lo comunitario en distintos territorios. Cinco proyectos —diferentes entre sí, pero con muchas resonancias compartidas— sirvieron de punto de partida para pensar juntas cómo seguir incorporando las prácticas culturales en los procesos de transición hacia sistemas alimentarios más justos.
Territorio, memoria y prácticas vivas
Desde Córdoba, Javier Orcaray -de Plata Lugar– abrió la sesión compartiendo el trabajo desarrollado en La Fragua y en proyectos posteriores como Culto Culinaria o SubCenteno. A través de residencias artísticas, recuperación de saberes y tecnologías ancestrales (como las ollas de irrigación o los hornos comunitarios), sus iniciativas han activado espacios de experimentación y encuentro entre arte, alimentación, territorio y memoria colectiva. “No se trata de engullir, sino de cocinar a fuego lento”, recordaba Javier, apelando tanto al acto de comer como a los procesos de transformación social.
En otro punto de la geografía, Ana Bellos y Sara García compartieron la experiencia de Comensales, un ciclo de trabajo interdisciplinar desarrollado desde la Fundación Cerezales Antonino y Cinia en torno al comer, impulsado por su área de educación en colaboración con artistas y gastrónomos como Rubén Barroso. A través de talleres sobre recolección silvestre, fermentación o ahumado, Comensales disuelve las fronteras entre gastronomía, botánica, arte contemporáneo y etnografía, generando espacios significativos de aprendizaje colectivo.
Renacimiento cultural desde lo rural y lo urbano
De la mano de los hermanos Navazo conocimos la experiencia de La Fresnedilla, en Sierra Morena (Córdoba), que mostró cómo la agroecología puede ir de la mano de una programación cultural intensa y comprometida. En su finca y desde su asociación cultural, combinan producción de aceite, residencias artísticas, festivales como el MARCo (Música, Arte Relacional y Cuidados en Obejo) y colaboraciones con instituciones muy diversas. Su apuesta: un “renacimiento cultural del mundo rural” desde la vanguardia y la modernidad, no desde el folclore.
Desde Barcelona, la artista Marina Monsonís relató cómo su trabajo ha ido entretejiendo arte, política y cocina popular en espacios como la Cuina del MACBA o proyectos comunitarios en barrios como la Barceloneta o la Zona Franca. A través de talleres de cocina, murales, libros y encuentros, Marina pone en valor los saberes de las mujeres mayores, las recetas migrantes y la economía de lo doméstico como herramientas de justicia climática y transformación social.
Y por último, Lilian Weikert de La Plasita (Sevilla), entidad perteneciente al COS, nos trasladó las claves de su proyecto, incluyendo toda su apuesta por la gastrosofía, y aportó una reflexión más transversal: ¿cómo integrar estas prácticas artístico-alimentarias en las políticas públicas locales? ¿Cómo hacerlo sin perder la potencia crítica ni precarizar aún más a quienes trabajan en estos cruces?
Algunas claves que emergen del encuentro
Más allá de la diversidad de formatos y enfoques, el webinario permitió identificar una serie de temas comunes:
- El arte puede ser una herramienta poderosa para sensibilizar sobre la alimentación, el territorio y la justicia social.
- Los proyectos más transformadores combinan investigación, producción y participación comunitaria.
- Las cocinas —como espacio simbólico, afectivo y político— son lugares clave para generar vínculos y compartir saberes.
- Existe una tensión entre los discursos transformadores y las prácticas reales dentro de las instituciones, un camino en el que seguir avanzando.
El encuentro también evidenció el interés y la necesidad de seguir creando espacios como este, donde compartir experiencias, metodologías y preguntas, y donde tejer complicidades entre el mundo del arte, la agroecología y las políticas públicas alimentarias.
Desde la Red agradecemos a todas las personas y colectivos participantes por su generosidad, por abrir sus cocinas, sus procesos y sus territorios. Y os animamos a seguir profundizando en estos cruces donde el arte es un medio para activar preguntas, vínculos y futuros posibles.
Pero nada mejor para quienes no pudisteis asistir que escucharles en el video del webinario:
_