Ecomercados, ferias y muestras agroecológicas: nodos importantes de la red

Una de las claves en una estrategia alimentaria sana y sostenible y favorecer un adecuado acceso a la alimentación agroecológica. Aunque pueda parecer obvio, resulta complejo en algunas ocasiones llegar hasta los productos ecológicos y de proximidad. Porque aun son pocos los pequeños comercios de barrio que incorporan alimentos ecológicos, y además estos establecimientos están en grave crisis. Ello se debe, por un lado a la desaparición del comercio pequeño de toda la vida, que tenía sus proveedores más cerca; y por otro a la distancia que los grandes supermercados toman para proveerse de materias primas. Pero también a una falta de conocimiento de la cuestión.

Como sabéis, algunos garbanzos y guisantes viajan larguísimas distancias para llegar a vuestros platos: se cultivan en una parte del globo y se trasladan para su procesamiento y empaquetado final antes de llegar las estanterías de nuestros supermercados. ¿Sabéis de dónde viene lo que comes? ¿Sabéis cómo ha sido criado? Estas deberían ser algunas de las preguntas claves de nuestra compra. El control de la trazabilidad de los alimentos es fundamental, no sólo por cuestiones de seguridad, sino por entender las implicaciones de nuestros platos.

Por eso no vale sólo con concienciar a la población; una buena estrategia alimentaria diseñará vías de acceso sencillas a la alimentación agroecológica. Es por eso que muchas ciudades cuentan ya con muestras, mercados o ferias ecológicas y otro sinfín de eventos más o menos regulares en que puedes hacerte con muchos productos ecológicos y de proximidad que hacer de tu plato un acto de compra responsable. Estos mercados no sedentarios de venta directa de alimentos ecológicos facilitan nuestra convivencia medioambiental y posibilitan nuestra soberanía alimentaria. Porque el impulso de estos circuitos cortos de comercialización nos lo pone en bandeja y nos ofrecen además actividades de sensibilización y aprendizaje como talleres de cocina, de reciclado de alimentos, de producto de temporada, charlas sobre formas de consumo, de huertos urbanos, modelos energéticos, etc. Cada cosa que comemos es un acto de compromiso con nuestra salud, con el empleo local, y con nuestro territorio.

Así, por ejemplo, desde el 2009 se crea en Zaragoza junto a organizaciones sociales la Muestra Local Agroecológica, una cita semanal con las personas productoras de la huerta de Zaragoza y su entorno. Te esperan los sábados de 9h30 a 14h00 en la Plaza del Pilar. En 2018 se crea en Valladolid el Ecomercado, principal herramienta de la estrategia alimentaria local, que se reúne en la Plaza España el segundo domingo de cada mes en horario de 10h00 a 14h00. También el Ecomercado es el primer mercado estable de productos de Córdoba y congrega en el Boulevard Gran Capitán a los productores ecológicos bajo un precioso cartel. En Valencia ya van cuatro ediciones de “De L’horta a la plaça”, mercado de producción agrícola de proximidad que se celebra en la plaza del ayuntamiento de Valencia, y que acerca a la ciudadanía valenciana proyectos agrícolas de proximidad, venta directa, y comprometidos con el desarrollo local sostenible.

También hay en Barcelona, Godella, Palma de Mallorca, Rivas-Vaciamadrid o Madrid… Muchas de las ciudades de nuestra red cuentan con mercados específicos de producción ecológica. ¿Los conocéis todos?

Pero además hay otras ciudades más allá de la red que también hacen su aportación agroecológica: León (desde 2007 el primer y tercer sábado de cada mes), Palencia (cada segundo sábado del mes se celebra en la Plaza Mayor), el ecomercado autogestionado de Granada (primer sábado del mes en la zona sur, en la ribera del río Genil junto al Palacio de Congresos; y el tercer sábado en la Avda. Luis Miranda Dávalos), el mercadillo ecológico de Girona (jueves, Plaça Salvador Espriu), el Mercado artesano y ecológico de Gijón (segundo fin de semana de mes, plaza Mayor)…

Es importante fortalecer estos eventos, dotándolos de más recursos y mejorando su coordinación, comunicación y dinamización, así como el control y seguimiento con la participación de los operadores. En buena medida se puede así contribuir a favorecer la reducción de desperdicio y contaminación producida por los largos viajes de la comida así como por su empaquetado industrial; y la recuperación y redistribución de alimentos que no se han vendido.

Por otra parte, es importante que la organización interna de estos eventos cuente con las personas que más saben: las profesionales del sector productor que comercializan en ellos. De esta forma las personas productoras pueden tomar, poco a poco, cada vez más las riendas de los mercados de venta directa, para trabajar de la manera más autónoma posible

¿No os entran ganas de tener vuestra propia feria agroecológica en vuestro municipio? ¿ O de que no sea una posibilidad puntual sino estable? ¡Normal!